Tengo una intuición. ¿Femenina? No, no, pura lógica que nada tiene que ver con el género. Nuestra vida gira en torno a los problemas que tenemos para pagar la hipoteca, buscar una guardería para los más pequeños, asistir ridículamente como panda de borregos a la subida de los precios... Y ante tanto mar de fondo, marejadilla o lo que sea, parecería un acierto volver a crispar políticamente a la sociedad tal y como ocurrió hace unos meses. Es la única forma de que nos pasemos largas horas discutiendo sobre si Rajoy esto o lo otro, si la Monarquía es un defecto o una virtud, si Zapatero es cada vez más populista, si la Educación para la Ciudadanía está bien planteada o no,... Formas simples para que nuestras voces se dispersen y no coincidan en un punto evidente: que estamos jodidos. Que no tenemos dónde caernos muertos (que las funerarias no se enfaden ¿eh?) y que con el mismo dinero cada vez hacemos menos. Y puede que la macroeconomía vaya genial, pero la micro micro, la de nuestro monedero, va cada vez peor. DIvide y vencerás. Mira que este dicho es antiguo y jamás se pasa de moda (y nunca aprendemos a evitarlo, que es peor).
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