jueves, 11 de octubre de 2007

España también es mía


Pre campaña en el horizonte. Y el PP se va a basar en seguir usurpando a todos los españoles lo que significa España. Como si la bandera fuera propiedad exclusiva de los populares y quien haga uso de ella se convierta en uno de ellos. Pero los socialistas se la han dejado robar, como si no pudiese existir un sentimiento patriótico progresista y liberal. El concepto de unidad nacional no pertenece a un único partido. Es de todos. Y dejar que nos lo roben para ganar unas elecciones es perder la esencia de lo que somos. Desde hace años hay quien se ha preocupado por asimilar la bandera española (y si no recordemos que aun hay quien piensa que llevar un polo con la bandera española es de 'fachas') con un radicalismo que en realidad es una invención para arrogarse un concepto que es más un sentimiento que un trozo de tela.
Se puede discutir sobre la esencia de la nación, pero no debe hacerlo un único partido. De hecho esa discusión no ha partido de la propia sociedad, sino de los pasillos del congreso y de Ferraz y Génova.
Las banderas no nos hacen ser distintos. Y aunque no creo que haya que matar o morir por ninguna, es fantástico abrazarse en ellas.

martes, 9 de octubre de 2007

De obsesiones y adicciones


Parece que lo de las nuevas tecnologías ahora es un problema para los más jóvenes (y no tan jóvenes). Se habla de adicciones. Y son ciertas. ¿Pero a qué no se engancha un ser humano? Al sexo, a internet, a meetic, a los vídeojuegos, al chat, a las drogas, al tabaco, al alcohol, a las tragaperras, las compras, la televisión... Somos así. Así de necesitados de algo que nos absorba. Lo único que falta es engancharnos a comer huevos duros, o a recoger setas,... Menos a hacer las cosas bien, todo nos gusta, y si es dañino, mejor.
Se rompen relaciones faniliares. Sí. Nos volvemos borregos. También. ¿Pero quién le pon el cascabel al gato? ¿Prohibimos todo? Ni la Educación para la Ciudadanía nos salva de esto. Dicen que todo parte de la educación pero... ¿Quién nos educa? ¿Papá y mamá que están todo el día trabajando? ¿Papá Estado, y que se meta en nuestra intimidad?
Por cierto... ¿Y ETA no se enganchará nunca a la paz?

martes, 2 de octubre de 2007

La capacidad de asombro


Estoy enganchada a un blog de un taxista (dejo aquí el link porque vale la pena echarle un vistazo: http://blogs.20minutos.es/nilibreniocupado) y me da envidia. Envidia de su capacidad de asombro ante lo que le rodea. Decía alguien que la facultad de un filósofo es "no dejar nunca de asombrarse" y la mayoría hemos dejado de hacerlo. Yo incluida.
Para empezar, lo que menos nos asombra es la muerte (la extraña, evidentemente, la nuestra casi ni nos da tiempo). Somos capaces de comer mientras vemos a una persona desmembrada en la televisión sin inmutarnos. Por eso la muerte ha perdido nuestro respeto.
Tampoco sentimos nada ante nuestro ritmo de vida. Nos parece normal no tener apenas tiempo libre. No ser capaces de comunicarnos con los más allegados. Hemos perdido la capacidad de reflexionar sobre el entorno. Ese tiempo está ocupado en discutir, en ver la televisión o en dormir. Tenemos conversaciones intrascendentes la mayor parte del día que olvidamos con suma facilidad. Nos quejamos constantemente por todo (trabajo, hijos, hipotecas...) pero ya nada nos asombra. Nos hemos adaptado tanto a esta mentira llamada existencia que formamos parte del paisaje urbano, gris y mediocre. Y lo peor es que nos satisface porque ya no nos planteamos nada más. Tener vacaciones y poder vivir lo mejor posible no es suficiente para relajar el alma (no sé cómo llamarlo, o espíritu, o corazón...)
Sólo ponemos énfasis a lo que nos dictan los medios. Ahora le ha tocado a la Monarquía. Y pensamos que pensamos por opinar al respecto. Una frivolidad.